lunes, 13 de mayo de 2013

La Tumba del Elefante pudo ser un templo al dios Mitra.

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    La llamada Tumba del Elefante de la necrópolis romana de Carmona (Sevilla) no tuvo siempre una función funeraria. La estructura original del edificio y una ventana por la que el sol entra de forma directa en los equinoccios parecen indicar que fue un templo del mitraísmo. La posición de Tauro y Escorpio en los equinoccios refuerza la hipótesis. La necrópolis de Carmona es un conjunto de estructuras funerarias de entre los siglos I a. C. y II de nuestra era. Entre ellas, una es conocida con el nombre de la Tumba del Elefante porque en su interior se encontró una estatua con la forma de este animal.

  El origen y la función de esta construcción han sido muy debatidos. Ahora, arqueólogos de la Universidad de Pablo de Olavide de Sevilla han analizado minuciosamente la estructura y sugieren que en sus orígenes no tuvo una función funeraria sino de culto al dios Mitra. El mitraísmo fue una religión no oficial muy extendida por el Imperio romano durante los primeros siglos de nuestra era. Los investigadores han identificado cuatro etapas en las que el edificio sufrió reformas que le dieron diferentes funciones. Sin embargo, hay ciertas objeciones a la teoría de que fue un templo mitraico ya que se encuentra en una necrópolis, contexto poco común en los edificios dedicados a este culto, que suelen estar en ámbitos domésticos, urbanos o rurales. 
 
                                                Fuente: Ayuntamiento de Carmona.

domingo, 12 de mayo de 2013

Aparece un monumento funerario calcolítico de 4.500 años de antigüedad.

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   Durante las obras de mejora que se están realizando en la calle Sacramento, en pleno casco histórico, ha aparecido lo que podría ser un monumento funerario de época calcolítica con una antigüedad de unos 4.500 años. El hallazgo se encuentra en la confluencia de las calles Sacramento, Domínguez de la Haza y Aposentos y podría corresponder a la cámara principal de un “tholos” o monumento funerario, de unos cuatro metros de altura y de diámetro. A esta cámara principal se accedería por una galería de 17 metros de longitud y 80 cm. de anchura. Este monumento ya fue hallado a finales del siglo XIX también durante la apertura de una zanja en la calle y fue referido como un “tholos” o dolmen por los arqueólogos Jorge Bonsor y Vega Peláez.

Los “tholos” eran cámaras o tumbas subterráneas, revestidas de piedras, que estaban cubiertas por una falsa cúpula de voladizo, de sección ojival, a la que se accedía a través de un pasillo o corredor.

                           Fuente: Ayuntamiento de Carmona.